Este es uno de mis poemas favoritos llamado "Piérdete", escrito hace casi 20 años. Eso es difícil de creer. De todos modos, aquí está:
Puede ser que cuando ya no sepamos que hacer
~Wendell Berry
Hemos llegado a nuestro verdadero trabajo.
Y que cuando ya no sepamos que camino tomar
Hemos llegado a nuestro verdadero viaje.
La mente que no está desconcertada no está empleada.
La corriente impedida es la que canta.
Si no conoce a Wendell Berry, ahora podría ser el momento de conocerlo. Es un activista, un autor, un poeta, un agricultor y uno de los verdaderos ancianos de nuestro tiempo. En este poema, Wendell Berry habla maravillosamente de la práctica espiritual de perderse: el valor de estar desorientado. La comodidad es la norma para muchos de nosotros y yo no tengo ningún problema con la comodidad. Es cuando instalamos un campamento a su alrededor y dejamos de crecer que podemos volvernos complacientes, distraídos e incluso deprimidos. El crecimiento es la naturaleza de la vida. Cuando elegimos detenernos, elegimos desconectarnos de ese flujo natural de vida y crecimiento.
Hace casi una década comencé a estudiar con una mujer que me llevó de regreso a mí mismo a través de la danza y la respiración. Yo era mamá primeriza y me estaba preparando para comenzar mi primera semana de estudio con ella. Mi hija acababa de dejar de amamantar y me sentí terriblemente vulnerable mientras me dirigía a la muy moderna ciudad de Boulder con mis pantalones deportivos puestos. Mientras recogía mi bolso, respirando ese aliento superficial y nervioso que respiramos cuando intentamos algo nuevo, mi hijo de 3 años se acercó detrás de mí y me entregó una hoja de papel doblada. Dejé mi bolso y le pregunté qué era. Él dijo: “Mami, es tu mapa. Mantenlo contigo todo el tiempo”. Le dije que lo haría cuando comencé a desplegar el papel. En el papel había un dibujo de una espiral y había una X marcada justo en el medio.
La espiral es un símbolo circular, un símbolo que nos adentra en el misterio de quiénes somos. Nunca termina. No tiene destino. En un mundo de líneas, resultados y metas, a muchos de nosotros nos resulta muy difícil perdernos. Es aún más difícil reconocer el misterio interminable que somos. Mientras pisaba fuerte, lloraba y bailaba de alegría esa semana en Boulder, guardé ese mapa en mi bolsillo y de vez en cuando lo sacaba. La X me recordó que estaba en ese mapa, aunque me sentí completa y totalmente perdida mientras bailaba hacia una nueva definición de mí mismo. Me quedé justo en el centro de este gran misterio que llamamos vida.
La magia está en lo desconocido de nuestras vidas. Con todas las formas en que podemos “descubrir las cosas”, ya no queda mucho misterio a menos que lo busquemos. Depende de nosotros intentarlo. Conduce al trabajo de una manera nueva, come algo diferente en el desayuno, llama a esa persona que nunca pensaste que harías y mira qué sucede, tal vez deja ir algo que has querido hacer desde hace un tiempo. La desorientación no es algo malo. No importa lo que el mundo nos diga acerca de estar perdidos, tal vez –como dice Wendell Berry– hayamos llegado a nuestro verdadero trabajo, a nuestro verdadero viaje.