Por Jessica Yamamoto

¿Qué es Sourced Design y cómo lo aplicamos a nuestras vidas? Esa es una pregunta que he estado explorando desde que tomé el Sourced Design Lab el verano pasado. He descubierto que es una respuesta que se me escapa de los dedos cuando intento captarla, pero mirándola desde la distancia puedo ver que para mí se vive como una práctica. Una práctica de volver continuamente a uno mismo y mirar bajo una nueva luz lo que es importante y lo que hay que hacer, ajustar, cambiar o apreciar. He descubierto que puede parecerse a un faro, cuya luz ilumina las rocas del camino. Una práctica de generar vitalidad en la propia vida y también en la de quienes te rodean: un proceso de nutrir el aliento de vida. Recuerdo las palabras de Sam Quiñones mientras explora la adicción en su libro. El menor de nosotros, y nos recuerda que lo que realmente cada persona necesita es poder respirar y ser visto. Los principios detrás del Sourced Design pueden ayudarnos a todos a respirar:

“Los doce meses que terminaron en septiembre de 2020 registraron el mayor número de muertes por sobredosis en la historia del país…. Luego, el movimiento Black Lives Matter adquirió una renovada urgencia a partir de las protestas por lo que un jurado decidió más tarde que era el asesinato de George Floyd a manos de un oficial de policía de Minneapolis. …Estos parecían momentos separados, sin embargo llegué a ver los tres como conectados. …Cada uno trataba sobre quién en Estados Unidos podía respirar y quién no. Las últimas palabras de George Floyd también fueron las del adicto que muere bajo el paso elevado y del camionero que muere de COVID-19. Cada uno nos pidió que consideráramos quién merecía nuestra atención”. (pág. 8, The Least of Us; Las verdaderas historias de Estados Unidos y la esperanza en la época del fentanilo y la metanfetamina)

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