Por H. Leopold
Al escribir esto hoy, retomo el lugar donde este artículo (En aras de unas matemáticas que dan vida: poner la vitalidad en el centro), escrito por mí hace más de un año, quedó abandonado. Este año en Springhouse, continuamos integrando las matemáticas en nuestros cursos interdisciplinarios y al mismo tiempo intentamos algo nuevo: lo que yo llamo Math Power Hour. La intención de Math Power Hour, que se ofrece tres veces por semana, es el empoderamiento a través del desarrollo concreto y consistente de habilidades en el lenguaje de las matemáticas.
Lo que importa aquí no es el tipo de conceptos matemáticos que se enseñan o cuánto se cubre durante el tiempo de clase; es, más bien, la importancia de crear un entorno seguro en el que aprender, donde el facilitador se inspira, se atiende la vulnerabilidad y los desafíos se ven como puertas en lugar de obstáculos a superar. En tan solo unos pocos meses, observé cambios de actitud, fui testigo de sonrisas y risas, y escuché a un alumno, que solía tener miedo de las matemáticas, decirme: "¡Hoy, ahora me encantan las fracciones!" Este es el poder de afrontar algo difícil con apoyo y cuidado. Si lo permitimos, las matemáticas, como cualquier otro desafío potencial, pueden convertirse en una puerta al empoderamiento: a saber más profundamente que somos capaces.